martes, 12 de septiembre de 2017

Errata





La lluvia, especialmente para un niño, trae consigo aromas y colores inconfundibles. Las lluvias de verano en el Tirol son incesantes. Poseen una insistencia taciturna, flagelante, y llegan en tonos de verde oscuro cada vez más intensos. De noche, su tamborileo es como un ir y venir de ratones en el tejado. Hasta la luz del día puede llegar a empaparse de lluvia. Pero es el olor lo que permanece conmigo desde hace sesenta años. A cuero mojado y a juego interrumpido. O, por momentos a tuberías humeantes bajo el barro encharcado. Un mundo convertido en col hervida.
   Él verano era de por sí siniestro. Unas vacaciones familiares en el oscuro áunque mágico paisaje de un país condenado. En aquellos años de mediados de la década de los treinta, el odio a los julios y el deseo de reunificación con Alemania flotaban en el ambiente austriaco. La conversación entre mi padre, convencido de la inminencia de la catástrofe, y mi tío gentil, aún moderadamente optimista, no resultaba fácil. [...]

Errata
El examen de una vida. Ediciones Siruela 2009

George Steiner. 


Ps: para mi querido primo Joaquín, que siempre me regala maravillas.

Imagen: esmalte y tintas sobre cartón. pfp


lunes, 4 de septiembre de 2017

John Ashbery



Paradojas y oxímoros
Este poema tiene que ver con el lenguaje en un nivel muy básico.
Observa cómo se dirige a ti. Tú miras por la ventana
o pretendes juguetear con algo. Lo entiendes, pero no lo entiendes realmente.
No lo captas, o él no te capta a ti. Ninguno de los dos lo capta.
El poema está triste porque le gustaría ser tuyo, pero no puede.
¿Qué es «un nivel muy básico»? Es eso, y también otras cosas,
que forman un sistema que él intenta poner en juego. ¿En juego?
Bueno, la verdad es que sí, aunque yo considero que el juego es
una cosa externa y más profunda, un patrón encontrado en sueños
tal como la división de la gracia de estos largos días de agosto,
sin prueba alguna. Final abierto. Y antes de que te des cuenta
se pierde en el ajetreo ruidoso de las máquinas de escribir.
Te la han jugado una vez más. Yo creo que tú existes solamente
para convencerme de que lo haga, en tu propio nivel, y luego ya no estás allí
o adoptas una actitud diferente. Y el poema
me ha empujado hasta ponerme suavemente a tu lado. El poema eres tú.

John Ashbery , Rochester, Nueva York 28 de julio 1927- Hudson, Nueva York 3 de septiembre  2017

Fotografia: pfp