domingo, 10 de febrero de 2013

música, vitalidad y consuelo




 "La música es un gesto, un estilo. ¿Cómo puedes reconocer que esto es de Brahms? Y es fundamental: es de Brahms, pero no es de Beethoven; es de Xenakis, pero no es de Stockhausen. Es un enigma apasionante: descubrir de dónde vienen esos sonidos. En el fondo este libro (El canto de las sirenas) es la cristalización del trato que he ido teniendo con la música durante toda mi vida. A veces he estado más enfrascado con la docencia o con la filosofía, pero la música siempre ha estado ahí, diciendo. Es mi pasión, como el cine. Como en la música, el cine me interesa por autores. Ver al creador, eso es lo que quiero, como he hecho aquí. Yo dirijo el libro al que ama la música, o al que quiere amarla".

Eugenio Trias Sagnier, Barcelona, 31 de agosto de 1942- Barcelona 10 de Febrero de 2013

Fotografía: Partitura de JSB



4 comentarios:

Barbebleue dijo...

a estas horas el pensador ya habrá descifrado el enigma, en plenitud. Y también es posible que las sirenas estén hoy tristes, pero seguirán cantando, para todos los amantes...

pfp dijo...

"Desde los extremos, vieron tendido el huso de la Necesidad, merced al cual giran todas las esferas [...]. El huso daba vueltas con movimiento uniforme, y en este todo que así giraba los siete círculos más interiores daban vueltas a su vez, lentamente y en sentido contrario al conjunto [...]. El huso mismo giraba en la falda de la Necesidad, y encima de cada uno de los círculos iba una Sirena que daba también vueltas y lanzaba una voz siempre del mismo tono; y de todas las voces, que eran ocho, se formaba un acorde. Había otras tres mujeres sentadas en circulo, cada una en un trono y a distancias iguales; eran las Parcas, hijas de la Necesidad, vestidas de blanco y con ínfulas en la cabeza; Láquesis, Cloto y Átropo. Cantaban al son de las Sirenas: Láquesis, las cosas pasadas; Cloto, las presentes, y Átropo, las futuras"

Relato de Er, final del Libro X de la República de Platón (traducción de José Manuel Pabón y Manuel Fernández Galiano.

qué canten Barbazul, qué canten...

Joaquim dijo...

No veo diferencia alguna entre reconocer la autoría de unos sonidos, a la de un escrito o a la de unos trazos, siempre y cuando sean la expresión sincera de su creador.
Cuando amamos al artista es fácil, incluso cuando no es así también lo es, siempre y cuando hayan dejado parte de su vida en ello. Es fácil reconocerlos, es fácil reconocernos.
Un petó

pfp dijo...

es verdad querido Joaquim, la cuestión es amar el Arte, sentirlo y disfrutarlo...

un abrazo enorme,artista de la comunicación...