miércoles, 28 de marzo de 2012
prosiga la indignación
prosiga la indignación,
salga a la calle con nosotros,
llegue nuestra indignación al poder,
cambie nuestra indignación las estructuras obsoletas, irreales y absurdas, que impiden cambios radicales y soluciones drásticas a las actuales políticas conservadoras y reaccionarias.
lleve nuestra indignación a la reflexión, a la imaginación,
a la distribución equitativa
a la justicia social,
sea nuestra indignación tan insistente, tan fuerte, tan potente que lo invada todo,
sea nuestra indignación la fuerza que nos lleve hacia la revolución del siglo XXI
pfp
Fotografía: Obra de Jean Dubuffet
miércoles, 21 de marzo de 2012
poesía, sombrilla y paraguas
"Hoy andaba debajo de mí mismo
sin saber lo que hacía.
Hoy andaba debajo de la pena
con risa inexplicable.
Hoy andaba debajo de la risa
con todo el llanto a cuestas.
Hoy andaba debajo de las aguas
sin que fuese milagro comparable.
Hoy andaba debajo de la muerte
y no reconocía sus cimientos.
Andaba a la deriva por debajo del cuerpo
confundiendo los dedos con los ojos.
Hoy andaba debajo de mí mismo
sin poder contenerme."
Valente
Fotografía: Miniatura sobre vidrio en una antigua ventana en Düsseldorf. foto,pfp
miércoles, 14 de marzo de 2012
sueños hechos pintura
Mirando sus cuadros parece Chagall haber sido feliz, trasciende su alegría y gusto por su oficio de pintor inclasificable.
Se apropia Chagall de técnicas, colores, músicas y estilos, para disfrutar pintando sus sueños en total libertad, para ilustrar La Biblia o Las Mil y una Noches, Cuentos y Fábulas, para narrar la vida de un Circo, las tradiciones y costumbres de su pueblo natal Vitebsk o la belleza de París ciudad que tanto amó. Para finalizar su larga vida recogiendo la luz y el color del Mediterráneo desde el pueblecito de Saint Paul al sur de Francia.
Fotografía: Chagall, decorador de ensueños.
www.museothyssen.org/microsites/exposiciones/2012/chagall/
miércoles, 7 de marzo de 2012
vida de novelas
La vida de la
mayoría no da para escribir un libro -pensó
envidiando a la protagonista-, ni tan
siquiera para uno malo. Cerró de
golpe el que tenía en las manos mirando
su reloj de pulsera y se levantó del sofá
de un brinco, era media tarde, apenas le quedaban unas horas para recoger
la casa, ducharse, vestirse y comprar cualquier cosa para la cena,... pan
comido.
Elegía los libros por el título más que por el autor, también por
esas pequeñas reseñas que salen en los suplementos culturales, y los leía como si fuera a encontrar en ellos, un manual de instrucciones para su vida. Durante los dos o tres días que duraba su lectura adoptaba camaleonicamente
la personalidad de los protagonistas, sus horarios, sus comidas, sus gustos y
costumbres, su manera de vestir,... de esa forma daba aliciente a su monótona y aburrida vida.
La novela que estaba a punto
de acabar transcurría en Nueva York. Aquella noche, en aquella pequeña ciudad
provinciana ella no podía asistir a ningún concierto, a ninguna exposición, a ninguna brillante
lectura de un escritor famoso, tampoco tenía ningún amante a quién llamar, pero mimetizó el personaje cocinando para la cena un pastel de calabaza como el
de su actual heroína…
Después de cenar y recoger la cocina, volvió a su habitación,
se puso un pijama a rayas azules como su protagonista y se metió en la cama
para terminar el día leyendo las
aventuras de esa pequeña burguesa norteamericana, con la que había compartido
los últimos tres días ciudad, perro, familia y amantes .
pfp
Fotografía: Marea baja II. pfp
viernes, 2 de marzo de 2012
futuro incierto
Al salir, cerró la puerta de la entrada con doble llave. En la cocina, quedó atrapado el aroma del café de la mañana y en el cuarto de baño el espejo empañado por la ducha caliente y el
olor de su colonia,… en su armario dejó colgado el batín estampado de pequeñas flores azules y el camisón doblado bajo la almohada de su cama recién
hecha,…quedaron cerradas las puertas de
las habitaciones vacías, y en oscuridad total el largo pasillo de tarimas crujientes y radiadores fríos,... en las sillas del vestíbulo quedó sentado el perfume inconfundible de la tapicería antigua, y en la pared, el gran reloj negro, agotando su cuerda...
Cerró la puerta con doble llave, y arrastró ligera su pequeña maleta granate, sintiendo una difusa esperanza de poder
algún día volver.
pfp
Fotografía: marea baja. pfp
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