miércoles, 27 de abril de 2011

nouvelles en trois lignes


Félix Fénéon


Amigo de Toulouse-Lautrec, Bonnard y Signac que le retrataron, ha sido siempre reconocido como uno de los mayores y más avanzados críticos de arte de la modernidad: señaló antes que nadie la pintura de Seurat, a quien estudió y catalogó, tuvo un ojo muy perspicaz para el arte africano, y cuando a partir de 1906 se hace cargo de la sección contemporánea de la reputada Galería Bernheim, protege a los entonces emergentes Matisse y Van Dongen, contrata generosamente a Vuillard, y presenta en una exposición que haría historia a los futuristas italianos.
Dandy y diletante de gran cultura literaria, favoreció las primeras publicaciones de Joyce en Francia y propagó la obra de, entre otros, Ibsen, Jarry, Gorki y Strindberg, la palabra que mejor le describe es la que usó Françoise Cachin al presentar hace casi cuarenta años una antología de sus escritos teóricos: sourcier, zahorí o buscador de fuentes.
Anarquista militante y colaborador asiduo sobre temas de arte en pequeñas revistas libertarias, pasa a las páginas de información general de Le Figaro, y algo más tarde llega el momento por el que este hombre escurridizo se ganó un lugar en el pabellón de las letras. A lo largo de siete meses del año 1906, Fénéon tiene un epígrafe regular en el diario Le Matin que, bajo el título de "Nouvelles en trois lignes", consiste en la redacción peculiar, abreviada y demoledora ironía, de "faits divers" realmente ocurridos en ciudades y pueblos franceses. En esos cientos de noticias noveladas o novelas sucedidas destaca el temperamento del anarquista, brillante estilista, el brillo de su escritura también deslumbró en sus críticas, y el inventivo creador de un mordiente humour noir.



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En la región de M.-et-L. los alcaldes no se cansan de reponer al Altísimo en la pared de las escuelas, ni el prefecto de suspender a esos alcaldes.

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Una mujer joven estaba sentada sobre el suelo, en Choisy-le-Roi. Única palabra de identidad que su amnesia le permitía decir: "Modelo".

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Siempre se le impedía a madame Couderc, de Saint-Ouen, colgarse de su falleba. Exasperada, huyó por los campos.

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Louis Lamarre no tenía ni trabajo ni vivienda, pero sí algunos céntimos. Compró en una tienda de ultramarinos de Saint-Denis un litro de petróleo y se lo bebió.

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El médico encargado de hacerle la autopsia a la señorita Cuzin de Marsella, muerta misteriosamente, concluyó: suicidio por estrangulación.

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El cadáver del sexagenario Dorlay se balanceaba en un árbol, en Arcueil, con esta pancarta: "Demasiado viejo para trabajar".

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La enfermera Elise Bachmann, que tenía ayer su día de salida, se manifestó loca en la calle.

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Cierta loca detenida en la calle se hacía pasar engañosamente por la enfermera Elise Bachmann. Ésta se encuentra en perfecta salud.

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En Clichy, un joven elegante se arrojó bajo un carruaje recauchutado, y a continuación, indemne, bajo un camión, que lo trituró.

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Fuente del texto y traducción: Vicente Molina Foix

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Fotografía:Retrato de Félix Fénéon obra de Félix Vallotton


lunes, 25 de abril de 2011

sinestesia, más que un recurso poético



Soneto de las vocales.

A negra, E blanca, I roja, U verde, O azul: vocales,
algún día diré vuestro origen secreto;
A, negro corsé velludo de moscas relucientes
que se agitan en torno de fetideces crueles,
golfos de sombra; E, candor de nieblas y de tiendas,
lanzas de glaciar fiero, reyes blancos, escalofríos de umbelas;
I, púrpura, sangre, esputo, reír de labios bellos
en cóleras terribles o embriagueces sensuales;
U, ciclos, vibraciones divinas de los mares verduzcos,
paz de campo sembrado de animales, paz de arrugas
que la alquimia imprimió en las frentes profundas;
O supremo clarín de estridencias extrañas,
silencio atravesado de Angeles y de Mundos;
O, la Omega, el reflejo violeta de sus Ojos!

Arthur Rimbaud


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Fotografía:Retratro de Felix Feneon, obra de Jean Paul Signac

domingo, 17 de abril de 2011

colores y letras, según Nabokov


[...]además de todo esto presento un magnifico caso de audición coloreada[...] la a larga del alfabeto inglés tiene para mí el color de la madera a la intemperie, mientras que la a francesa evoca una lustrosa superficie de ébano. Este grupo negro también incluye la g sonora (caucho vulcanizado) y la r (un trapo hollinoso en el momento de ser rasgado). De los blancas se encargan el color gachas de avena de la n, el flexible tallarín de la l, y el espejito manual con montura de marfil de la o. Me desconcierta mi on francés, que veo como la desbordante tensión superficial del alcohol en un vaso pequeño. Pasando al grupo azul, aparece la acerada x, el nubarrón z, y la huckleberry k. Como entre sonido y forma existe una sutil interacción veo la q más parda que la k, mientras que la s no tiene el azul claro de la c, sino una curiosa mezcla de azul celeste y nácar. Los tonos adyacentes no se mezclan, y los diptongos no tienen colores propios, a no ser que estén representados por un único carácter en algún otro idioma (así la letra gris-vellosa, tricorne, que representa en ruso el sonido sh, una letra tan antigua como los juncos del Nilo, influye en su representación inglesa).


Me apresuro a completar mi lista antes que me interrumpan. En el grupo verde están la f, hoja de aliso; la p, manzana sin madurar; la t, color pistacho. Para la w, no tengo mejor fórmula que el verde apagado, parcialmente combinado con el violeta. Los amarillos abarcan diversas -es e ies, la cremosa d, la oro brillante y, y la u, cuyo valor alfabético solo puedo expresar diciendo que es latón con "brillo oliváceo". En el grupo de los pardos están el intenso tono caucho de la g sorda, la j, algo más pálida, y la h, gris cordón de zapatos. Finalmente, entre los rojos, la b, tiene el tono que los pintores llaman siena tostada, la m es un pliegue de franela rosa, y hoy en día he podido encajar perfectamente la v con el "rosa cuarzo" del Dictionary of Colour de Maerz y Paul. La palabra que significa arco iris, un arco iris primario y decididamente fangoso, en mi idioma particular es la casi impronunciable kzspygv.

Según tengo entendido, el primer autor que estudió la audition coloreé fue un médico albino de Erlangen en 1812.


Texto: Habla, memoria. Vladimir Nabokov 1899-1977



Fotografía: Obra de Georges Pierre Seurat, Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte, 1884-1886, óleo sobre lienzo, 207´6 x 308 cm, Chicago, The Art Institute of Chicago. Tecnica puntillista.




domingo, 10 de abril de 2011

recordando el Tirano, de Don Ramón


[...]Los Estados Europeos, nacidos de guerras y dolos, no sienten la vergüenza de su historia, no silencian sus crímenes, no repugnan sus rapiñas sangrientas. Los Estados Europeos, llevan la deshonestidad, hasta el alarde orgulloso de sus felonías, hasta la jactancia de su cínica inmoralidad a través de los siglos. Y esa degradación se la muestran como timbre de gloria a los coros juveniles de sus escuelas. Frente a nuestros ideales, la crítica de esos pueblos es la crítica del romano frente a la doctrina del Justo. Aquel obeso patricio, encorvado sobre el vomitorio, razonaba con las mismas bascas: Dueño de esclavos, defendía su propiedad: Manchado con las heces de la gula y del hartazgo, estructuraba la vida social y el goce de sus riquezas, sobre el postulado de la servidumbre: Cuadrillas de esclavos hacían la siega de la mies: Cuadrillas de esclavos bajaban al fondo de la mina: Cuadrillas de esclavos remaban el trirreme. La agricultura, la explotación de los metales, el comercio del mar, no podría existir sin el esclavo, razonaba el patriciado de la antigua Roma. Y el hierro del amo en la carne del esclavo se convertía en un precepto ético, inherente al bien público y a la salud del Imperio.


Nosotros más que revolucionarios políticos, más que hombres de una patria limitada y tangible, somos catecúmenos de un credo religioso. Iluminados por la luz de una nueva conciencia, nos reunimos en la estrechez de este recinto, como los esclavos de las catacumbas, para crear una Patria Universal. Queremos convertir el peñasco del mundo en ara sidérea donde se celebre el culto de todas las cosas ordenadas por el amor. El culto de la eterna armonía, que sólo puede alcanzarse por la igualdad entre los hombres. Demos a nuestras vidas el sentido fatal y desinteresado de las vidas estelares, liguémonos a un fin único de fraternidad, limpias las almas del egoísmo que engendra el tuyo y el mío, superados los círculos de avaricia y robo.



Texto: Tirano Banderas. Don Ramón del Valle Inclán



Fotografía: Don Ramón del Valle Inclán, obra de Ignacio Zuloaga y Zabaleta.

"En los libros, como en toda obra de arte, está siempre definido el carácter del autor, y no en lo que es, que muchas veces suele ser una contradicción viviente, sino en lo que hubiera querido ser. En la obra de arte está la personalidad malograda por la educación, por el ambiente y por el destino adverso".

Ramón del Valle-Inclán, carta a Ignacio Zuloaga, 22 de noviembre de 1917.


miércoles, 6 de abril de 2011

la vida sengún Heráclito



El que está vivo y el que se halla muerto,

El que está despierto y el que duerme,

El joven y el viejo son todos uno y el mismo.

Cuando unos cambian, se tornan en los otros.

Cuando estos cambian de nuevo se trocan en aquellos


Dios es día y noche

Dios es verano e invierno

Dios es guerra y paz

Dios es fertilidad y hambre

Se transforma en muchas cosas.


Día y noche son uno

La bondad y la maldad son una

El comienzo y el final de un círculo son lo mismo




Así era el mundo del que había hablado Heráclito.




Fotografía: Heraclito. Obra de Hendrick Ter Brugghen (1588-1629) pintor neerlandés, miembro destacado de los seguidores holandeses de Caravaggio.

viernes, 1 de abril de 2011

tiempo finito e infinito


"Un anciano contó:el quinto día del undécimo mes del decimoséptimo año de Jokan (857 después de Cristo), los dignatarios y el pueblo se congregaron para llevar a cabo un celebración conforme a las tradiciones. Cerca del mediodía se hizo visible el sol y el cielo era extremadamente bello y claro. Cuando los reunidos alzaron la vista hacia la cima de la montaña contemplaron a dos bellas mujeres de blancas vestiduras que bailaban. Las dos flotaban a más de un palmo de la cumbre. Todos los que habitaban en aquellos parajes lo vieron.


No es extraño que en el Monte Fuji y en un día claro hubiesen tenido lugar tales ilusiones ópticas porque a menudo surgían diferentes quimeras. Con frecuencia una suave brisa en la falda se transformaba en un ventarrón en la cumbre, portador de una helada neblina hacia el cielo azul. Probablemente fue esta nieve en polvo la que a los ojos de los habitantes de aquellos parajes cobró la forma de dos bellas mujeres.

El Monte Fuji era sereno y se mostraba seguro de sí pero a través de sus frialdad y de su blancura tan firmes permitía todas las fantasías posibles. En definitiva la frigidez es vértigo de la misma manera que el delirio caracteriza el extremo de la razón . El Fuji constituía una misteriosa esencia de perfección y su belleza se aproximaba a un vago lirismo. Era el tiempo infinito y finito. Resultaba completamente posible que allí hubieran danzado dos bellas mujeres de blanca vestidura."


El Templo del Alba. Cap. 28. Yukio Mishima



Fotografía: grabado obra de Katsushika Hokusai 1760-1849