sábado, 11 de septiembre de 2010

Eugenio Onieguin


ACTO III


Cuadro 6


Escena 2


Salón en una rica mansión de San Petersburgo. Los invitados bailan una polonesa y después vuelven a sus sitios, formando pequeños grupos y charlando.


El Principe Gremin dirigiéndose a Eugenio Onieguin:


¡El amor nos inflama a cualquier edad¡

es saludable tanto para el joven

que apenas comienza a descubrir el mundo

como para el hombre maduro

de pelo canoso

y endurecido por la vida.

Onieguin, amo a Tatiana

con el ardor de la juventud

¡Mi existencia discurría con tristeza

antes de que ella apareciera

como un rayo de sol apartando los nubarrones,

dándome felicidad, iluminando mis días¡

En este mundo de criaturas consentidas

de estúpida frivolidad:

en un ambiente de seres tristes y ridículos

prestos a juzgar con malevolencia;

de bigotes atildados

de sirvientes taimados

en un mundo de falsedad

e hipócritas engaños

de bajas calumnias,

de inquietudes estériles

de irritantes vanidades,

y de sórdidos cálculos

¡ella refulge como una estrella

por la noche en un cielo despejado

y se me muestra rodeada

por un radiante coro de ángeles¡

El amor nos inflama a cualquier edad¡

es saludable tanto para el joven

que apenas comienza a descubrir el mundo

como para el hombre maduro

de pelo canoso

y endurecido por la vida.

Onieguin, amo a Tatiana

con el ardor de la juventud...

¡Mi existencia discurría con tristeza

antes de que ella apareciera

como un rayo de sol apartando los nubarrones,

dándome felicidad, iluminando mis días¡


Eugenio Onieguin

Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893)

Libreto del compositor y Konstantin S. Shilovski, basado en la novela homónima de Aleksandr Pushkin .





Fotografía: Ilustración de la portada del programa para el Teatro Real por Eduardo Arroyo.

4 comentarios:

GLÒRIA dijo...

Ópera tan trágica como inspirada. Vi esta producción en el cine transmitida desde París. Precioso cartel.
Un beso de nostalgia rusa.

okupa dijo...

¿El amor nos inflama a cualquier edad, incluso al canoso?

No estoy seguro: el erotismo si que inflama a los canosos, pero uno se acostumbra a domesticarlo porque si no puede acabar como un personaje de Philip Roth, y con estos pelos uno no está para más zarabandas.

petons: no oblidis que Carmen ens espera el 9-0

Joaquim dijo...

Bellísimo momento al que sin embargo, le falta la música y la voz de un buen bajo, para tocar el cielo.

Assur dijo...

Vols que ho canti jo, Quimet?

Traduzco: "¿Quieres que lo cante yo, Quinillo?" :))