viernes, 29 de enero de 2010

una de amor y un recuerdo a Rubinstein


aprendiendo a escribir

para que digas que te encanta recibir mis cartas

aprendiendo a leer

para que me mates de cariño

libro a libro

beso a beso



R.C.


recuerdo a Rubistein, cortesía del okupa de Altafulla, al que le mando un beso y las gracias

http://www.youtube.com/watch?v=ejXPcv9MS7s&feature=player_embedded

Fotografía: jardín con confetti. pfp

martes, 26 de enero de 2010

dos vidas


Nació ochomesina, débil, insignificante, llorona inconsolable, vapuleada en su gestación, por el cuerpo enfermo y doliente de la madre. Apenas recibió el inmediato afecto de su abuela, que cogiéndola en brazos sopesó el escaso futuro que le esperaba. Por contra, el médico de la familia, la recibió como un reto a su dignidad profesional y luchó por ella con toda la fuerza de sus rudimentarios conocimientos pediátricos.

Durante unos meses la criatura se debatió entre la vida y la muerte, llorando sin tregua, con una fuerza que parecía exceder el tamaño y la capacidad de sus pequeños pulmones. Una mañana, después de una larga llantina a la que nadie acudió, la encontraron revuelta y medio ahogada entre las cintas y las puntillas que adornaban su cuna. Aquel mismo día, ingresaron en un sanatorio a la madre, enferma y desquiciada por el llanto de la criatura. La niña quedó en la casa familiar, bajo la fría tutela paterna.

La lucha por la supervivencia de madre e hija transcurrió por caminos paralelos, caminos hostiles, faltos de afecto, caminos largos, duros, estériles. A lo largo de sus vidas esos caminos se cruzaron ocasionalmente, en protocolarios acontecimientos y reuniones familiares, dejando patente en los gélidos abrazos, en sus furtivas miradas, la incomprensión mutua, el más duro reproche...

La agonía de la madre y una prematura y mortal enfermedad de la hija reunieron a ambas de nuevo en la casa familiar, en un último, glacial y definitivo encuentro. Murieron el mismo día, a escasos minutos de diferencia, a escasa pero, inmensa distancia la una de la otra. La muerte sin embargo las llevó juntas, y unió sin remedio el camino de origen, y el destino final de ambas.


cosas que pasan: pfp


Fotografía: obra de Kiki Smith

jueves, 21 de enero de 2010

así va el mundo, y 4


Los justos



Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.

El que agradece que en la tierra haya música.

El que descubre con placer una etimología.

Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.

El ceramista que premedita un color y una forma.

Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada

Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.

El que acaricia a un animal dormido.

El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.

El que agradece que en la tierra haya Stevenson.

El que prefiere que los otros tengan razón.

Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.




Jorge Luis Borges
Fotografía: suelta de globos azules, por Yves Klein

miércoles, 20 de enero de 2010

así va el mundo, 3


Capítulo XI


Como pretendía examinar todas las condiciones humanas, se hizo guiar al despacho de un ministro; pero de camino seguía temiendo que alguna mujer fuera asesinada en su presencia por el marido. Una vez llegado al despacho del hombre de Estado, permaneció dos horas en la antecámara sin ser anunciado, y dos horas más después de haberlo sido. Durante ese tiempo se juraba que recomendaría a los cuidados del ángel Ituriel tanto al ministro como a sus insolentes ujieres. La antecámara estaba llena de damas de toda condición, de magos de todos los colores, de jueces, comerciantes, oficiales y pedantes; todos se quejaban del ministro. El avaro y el usurero decían: "Es evidente que este hombre expolia las provincias"; el caprichoso le reprochaba ser extravagante; el sensual decía: "Solo piensa en sus placeres"; el intrigante se jactaba de que ya lo veía perdido por las intrigas de una cábala; las mujeres esperaban que pronto les nombrasen a un ministro más joven.
Babuc oía sus palabras y no pudo dejar de decir; "¡Qué hombre tan feliz¡ Tiene a todos sus enemigos en la antecámara y aplasta con su poder a cuantos lo envidian; ve a sus pies a cuantos lo detestan".

Al fin entró: vio a un viejecito encorvado bajo el peso de los años y de los problemas, pero todavía vivaz y lleno de inteligencia.

Babuc le agradó, y a Babuc el ministro le pareció un hombre amable. La conversación se volvió interesante. El ministro le confesó que era un hombre muy desgraciado, que pasaba por rico cuando era pobre, que le creían todopoderoso cuando siempre le llevaban la contraria, que había hecho favores sólo a ingratos y que, durante un trabajo continuado de cuarenta años, apenas había tenido un momento de consuelo, Babuc quedó conmovido y pensó que si aquel hombre había cometido yerros, y si el ángel Ituriel quería castigarlo, no era menester exterminarlo; bastaba con dejarle seguir en su puesto.



Texto: Así va el mundo. Visión de Babuc, escrita por él mismo. Voltaire



Fotografía: obra de Pablo Ruiz Picasso

martes, 19 de enero de 2010

así va el mundo, 2



Capítulo IX

Tras librase de ellos, se puso a leer algunos libros nuevos. Reconoció en sus páginas el ingenio de sus invitados. Vio con indignación, sobre todo, aquellas gacetillas de la maledicencia, aquellos archivos del mal gusto dictados por la envidia, la bajeza y el hambre; aquellas cobardes sátiras donde se respetaba al buitre y se despedazaba a la paloma; aquellas novelas faltas de imaginación donde se ven tantos retratos de mujeres que el autor no conoce.

Arrojó al fuego todos aquellos escritos detestables y salió por la tarde para dar un paseo. Le presentaron a un viejo literato que no había ido a engrosar el número de sus parásitos. Aquel literato rehuía siempre las muchedumbres, conocía a los hombres, hacía uso de ese conocimiento y se comunicaba con discreción. Babuc le habló dolorido de cuanto había leído y visto.

"Habéis leído cosas muy despreciables, le dijo el sabio literato; pero en todo tiempo, y en todo país, y en todo género, lo malo abunda y lo bueno escasea. Habéis recibido en vuestra casa a la hez de la pedantería, porque en todas las profesiones lo más indigno de mostrase es siempre lo que se presenta con mayor impudor. Los verdaderos sabios viven, entre sí, retirados y tranquilos; todavía hay entre nosotros hombres y libros dignos de vuestra atención." Mientras así hablaba se les unió otro literato; sus palabras fueron tan agradables e instructivas, se elevaban tanto por encima de los prejuicios y eran tan conformes con la virtud que Babuc confesó no haber oído nunca nada parecido. "He aquí unos hombres, se decía en voz baja, a quienes el ángel Ituriel no se atrevería a tocar; en caso contrario sería muy despiadado."
Texto: "Así va el mundo. Visión de Babuc, escrita por el mismo". Voltaire
Fotografía: obra de Liubov Popova (Moscú, 1889-1924)

lunes, 18 de enero de 2010

así va el mundo



Capitulo VIII


Una vez retirado a su casa, envió en busca de libros nuevos para templar su pena e invitó a cenar a varios eruditos para entretenerse. Vinieron dos veces más de los que había invitado, como avispas atraídas por la miel. Aquellos parásitos se afanaban en comer y en hablar; elogiaban a dos clases de personas: a los muertos y a sí mismos, nunca a sus contemporáneos , salvo al dueño de la casa. Si alguno decía una frase ingeniosa,los demás bajaban la vista y se mordían el labio de rabia por no haberla dicho ellos. Y tenían menos disimulo que los magos, porque los objetos de su ambición no eran tan grandes. Cada uno de ellos pretendía un puesto de criado y una reputación de hombre de calidad; se decían a la cara cosas insultantes, que tomaban por rasgos de ingenio. Tenían algún conocimiento de la misión de Babuc. Uno de ellos le rogó en voz baja exterminar a otro autor que, hacía cinco años, no le había dedicado suficientes elogios. Otro pidió la perdición de un ciudadano que nunca se había reído con sus comedias. Un tercero solicitó la extinción de la Academia, porque nunca había conseguido ser admitido en ella. Acabada la cena, cada cual se fue solo por su lado, porque en toda aquella tropa no había dos personas que pudieran soportarse, ni hablarse siquiera, salvo en casa de los ricos que los sentaban a su mesa. Babuc consideró que no sería muy grande la pérdida cuando toda aquella chusma pereciera en la destrucción general.



Texto: Así va el mundo: Visión de Babuc, escrita por él mismo. Voltaire



Fotografía: obra de George Rouault (1871-1958)



jueves, 14 de enero de 2010

vórtice destructor, el infierno en Haití



la naturaleza contra la humanidad

la humanidad contra la humanidad

la desolación

el caos

la miseria

la ignorancia

el egoísmo

la codicia

la avaricia

la muerte




Sentada ante el ordenador, en la confortable comodidad de mi casa no sé que decir ante el horror y la tragedia que desfila en la pantalla de la TV a raíz del destructor terremoto de Haití. El terremoto y la muerte, sobrevino hace a penas veinticuatro horas, pero la miseria, y el abandono de la población de Haití es crónica, endémica, en éste, un país colonizado, esquilmado y abandonado.
Los organismos internacionales piden ayuda generosa y urgente...
...dicen que la naturaleza es sabia, ¿tendremos que darle gracias a esta brutal sacudida, a esta avalancha de muerte, por ponernos delante, la realidad de este país de miseria, de desgracia, a este país hasta ahora invisible?


Fotografía: obra de Miquel Barceló

martes, 12 de enero de 2010

Rohmer, Éric



El cineasta francés Éric Rohmer, que acaba de fallecer a los 89 años en París , logró tres cosas que sólo están al alcance de los realmente grandes: sobrevivir a las vanguardias, estar a la altura de su propia leyenda y contar una y otra vez la misma historia y conseguir que no se acabe nunca.

"Ver una película de Rohmer es como contemplar crecer una planta", dice el personaje de Gene Hackman en La noche se mueve, el thriller de Arthur Penn. Es una frase a la vez certera (su cine no se caracteriza precisamente por la acción) pero también injusta. El cine de Rohmer está en realidad lleno de vida y de movimiento: es una variación constante sobre unas pocas notas (el amor, la esperanza y la desesperanza, la lucha por la pequeña y sin embargo enorme existencia cotidiana).

En 50 años de carrera dirigió 24 largometrajes (el primero, El signo del León, en 1959; el último, El romance de Astrea y Celadón, en 2007) y nos ha dejado unas cuantas cumbres del cine mundial como La rodilla de Clara (1970) o El rayo verde (1986). Rodada en 1969, tal vez Mi noche con Maud sea su obra maestra, una de las grandes películas de todos los tiempos que transcurre en una noche helada en Clermont-Ferrand, en el centro de Francia, la misma región de la que procedía. La trama es tan sencilla que resulta casi imposible contar de qué va: un hombre que se debate entre el amor y la atracción hacia dos mujeres. En realidad, trata simplemente de la vida, de sus soledades y dolor, de la búsqueda imposible que puede resultar al final posible del amor.

Le Monde recordaba esta misma tarde una de sus frases más célebres: "Yo no digo, muestro". En eso su cine sí podía parecerse a ver crecer una planta, porque toda la carga del arte recaía al final sobre el espectador.

La carrera cinematográfica de Rohmer empezó sobre el papel, literalmente, en 1957 cuando fue nombrado redactor jefe de la revista Cahiers du cinema, que aglutinó al núcleo duro de la Nouvelle Vague, tal vez el movimiento cinematográfico más importante que haya conocido la Europa de la segunda mitad del siglo XX con realizadores como Jean Luc Godard, François Truffaut o Claude Chabrol. Dejó la revista en 1963.

En los años sesenta comenzó su ciclo de Cuentos Morales, al que luego siguieron Las comedias y proverbios y posteriormente de Las cuatro estaciones. Mientras tanto, siguió haciendo películas fuera de este marco. Algunos de sus filmes son agotadores, mucho más agotadores que ver crecer una planta pero sólo por el puñado de aciertos se merece un hueco entre lo mejor que ha producido la cultura europea en este medio siglo.



Publicado por Joaquin Okupa para pequeño formato lunes, enero 11, 2010

viernes, 8 de enero de 2010

frío, y aniversario del poeta Gil de Biedma



Segun Bachelard y a través de análisis literarios, el frío corresponde a la situación o al anhelo de soledad o elevación.




En Humano, demasiado humano, Nietzsche, hace un llamamiento a la "fría naturaleza alpestre apenas calentada por un sol de otoño y sin amor". "Gracias al frío el aire gana en virtudes ofensivas, se espiritualiza y deshumaniza.



En el aire helado de las alturas se encuentra otro valor nietzsceano: el silencio"


Texto: Diccionario de símbolos. Juan Eduardo Cirlot




jaime gil de Biedma. Poeta. 13 de noviembre de 1929/8 de enero de 1990
cortesía de Teresa
cortesía de Joaquin A.



Fotografía: obra de Piet Mondrian

martes, 5 de enero de 2010

taller de juguetes



"Caleb y su hija se hallaban trabajando juntos en el taller, que hacía las veces de cuarto de estar, un lugar realmente sorprendente. Había casas, acabadas y aún por terminar, para muñecas de todas las clases sociales: casas de vecinos de los suburbios para muñecas de recursos modestos, cocinas y hogares de una sola habitación, para las que pertenecían a las clases menos favorecidas; magníficas mansiones en el centro de la ciudad para muñecas de alta posición. Algunas de ellas ya estaban amuebladas, según un presupuesto adaptado a las muñecas que disponían de ingresos limitados; otras podían decorarse por encargo con los muebles más caros, pues disponían de estanterías repletas de sillas y mesas, sofás, canapés y telas para tapizar. Los clientes de la alta y baja nobleza y el público en general para quienes se habían construido aquellas casas andaban desperdigados por todas partes en canastos, tumbados y mirando al techo, pero a la hora de precisar el rango social de cada una de aquellas muñecas y situarlas en el nivel que las correspondía (tarea penosa y difícil en la vida real, como sabemos por experiencia), los fabricantes de aquellas muñecas habían superado, y con creces la naturaleza, a menudo arisca y perversa, pues sin someterse a detalles tan arbitrarios como el raso, el algodón estampado y los andrajos, habían recreado por su cuenta sorprendentes rasgos personales que hacían imposible cualquier confusión. Así, como característica exclusiva, las extremidades de las muñecas más distinguidas eran de cera y perfectamente simétricas ; las de aquéllas que ocupaban el siguiente peldaño en la escala social eran de cuero, y las de extracción más baja de paño basto. En cuanto a los brazos y las piernas eran de cuerda sin más, como las mechas. De esta manera, cada muñeca quedaba situada en un ambiente determinado, sin posibilidad de pasar a otro."




Texto: "El grillo del hogar" (segundo canto). Charles Dickens




Fotografía: obra de Kiki Smith

viernes, 1 de enero de 2010

el arte de ser feliz


"Nada tiene un premio más seguro que la alegría: porque en ella el premio y el acto son lo mismo. [Nota: Aquel que está alegre, siempre tendrá un motivo para estarlo, a saber, justamente el de estar alegre.] Nada puede sustituir cualquier otro bien tan segura y abundantemente como la alegría. Cuando uno es rico, joven, apreciado, y se quiere enjuiciar su felicidad, queda la pregunta de si además está alegre; pero a la inversa, si está alegre, no importa si es joven, viejo, pobre o rico: es feliz. Por eso siempre que llega la alegría debemos abrirle todas las puertas. Porque nunca llega a deshora: en lugar de tener a menudo reservas de permitirle que entre, queriendo ponderar primero si realmente tenemos motivos de estar alegres o si no nos distrae de nuestras reflexiones serias y graves preocupaciones. Lo que mejoramos con estas es muy incierto; la alegría en cambio, es la ganancia más segura; y puesto que tiene su valor sólo para el presente, es el bien más elevado para seres cuya realidad tiene la forma de un presente indiviso entre dos tiempos infinitos. Si, por tanto, la alegría es el bien que sustituye a todos los demás, pero al que no puede sustituir ningún otro, deberíamos preferir la adquisición de este bien a cualquier otra aspiración. Ahora bien, es cierto que nada contribuye menos a la alegría que las circunstancias exteriores de la felicidad y nada más que la salud . Por eso debemos preferir ésta a todo lo demás: todas las fuertes o desagradables emociones del ánimo; también todos los grandes y continuos esfuerzos intelectuales; y, en concreto, procurar mantener es alto grado de la salud perfecta cuya flor es la alegría; finalmente a diario al menos dos horas de movimiento rápido al aire libre."



Texto : El Arte de Ser Feliz . Arthur Schopenhauer



Mis mejores deseos de alegría que parece ser, por lo que nos cuenta Schopenhauer es la clave de la salud y la felicidad. Mi cariño a todas/todos en este año que comienza.
Pilar
Fotografía: Schopenhauer con su perro, caricatura de Wilhelm Busch