lunes, 30 de noviembre de 2009

Descubrimiento de Berruguete


A inicios del siglo XX artistas e historiadores del arte descubrieron con admiración la modernidad de Berruguete. Fue el caso de Ricardo de Orueta: "Muchas figuras de Berruguete no tienen alma, son un simple embrollo de líneas, un garabato, un revoltijo que no puede convencer con razones, ni hablar: son un grito, un suspiro... Sus espíritus nunca sueñan, ni meditan, solo reaccionan como fieras, escalan, chillan y gesticulan en una lucha de titanes, pero con más vigor de nervios que muscular"
Fotografía: pfp; obra de Berruguete: san Sebastian, se impone desde el Quattrocento como arquetipo del desnudo masculino. Berruguete exhibe su conocimiento de la anatomía en el cuerpo adolescente que, acosado por el dolor se retuerce sobre su eje y adopta un ritmo serpentino, dislocado e inestable de corte migelangelesco. El torso se alarga, la cabeza se reduce y los pies pierden contacto con el suelo. El "paño de puereza" es una tela encolada añadida a la escultura.
Documentación: Museo Nacional Colegio San Gregorio. Valladolid




jueves, 26 de noviembre de 2009

tostadora connection y 5, el mendigo

Cualquiera que nos viera aproximarnos nos cedía el paso en la acera, formábamos un grupo sin igual. Él, barbudo, de edad indefinida, unos mechones grisáceos amarillentos le rebasaban por detrás y por los lados de las solapas de un viejo abrigo gris, el perro, viejo, cojo, desgarbado y manso, el carrito del super, atrotinado, desconchado, desbordado de cartones y periódicos atrasados y, coronándolo todo yo, una vieja tostadora sin brillo, con una gran abolladura en el lateral...


Cuantas cosas no son lo que parecen... ni el mendigo era mendigo, ni el perro era manso, ni yo un cacharro inútil...

Al llegar al cuchitril donde vivía, el hombre, comprobó que milagrosamente yo todavía funcionaba. Me colocó en una estantería cerca de la mesa donde comía, leía, dormitaba y el perro le calentaba los pies. A mi lado, un aparato de música se conectaba a un sofisticado sistema de altavoces, que había ido rescatando de los contenedores de media ciudad y que tenía estrategicamente distribuidos por todo el cuchitril.
Con el tiempo supe que aquel hombre, había desertado de un trabajo convencional que odiaba, que otro día, había recogido al Tuerto (el perro), medio muerto, después de una paliza que le había propinado su antiguo dueño, y que poco a poco se había hecho con una rutina en la que vivía rodeado de chatarras y cachivaches, y qué junto con la música y el Tuerto, le hacían sentirse moderadamente feliz.

En aquel antro, me encontró una tarde mi actual dueña, entró atraída por la música y por toda la quincalla que se veía desde la puerta. Se encaprichó conmigo, la acogida del chatarrero, su conversación y la demostración práctica de que yo todavía funcionaba hicieron el resto.

Al cabo de un buen rato salí en sus brazos, envuelta en un viejo periódico. Recorrimos media ciudad en autobús hasta apalancarme en la barra de un bar, mientras ella no paraba de beber copa tras copa. Aquella noche tan larga, la terminé en la cama con ella... el resto de la historia ya la conocéis, después de acarrearme en brazos por todo el piso, acabó depositándome aquí, en este mueble moderno, bajo, lacado en rojo...

Ella sigue sentada frente a mí, mirándome... quizá algún día claudique de esa irrealidad en la que parece vivir y quiera hacerse una tostada, entonces estoy segura que me llevará a la cocina, y yo, podré calentar de nuevo mis resistencias. Estoy deseándolo...


cosas que pasan. Tostadora connection. pfp

Fotografía: Claes Oldenburg http://www.oldenburgvanbruggen.com/

lunes, 23 de noviembre de 2009

tostadora connection 4, la pareja


Eran un par de jóvenes profesionales, él abogado y ella también, de esos que trabajan todo el día hasta las mil. Al principio fue maravilloso, ella hacía las tostadas de la mañana y él preparaba canapés variados a la noche… el resto del día, la casa era un funeral de tercera… pasaron unos meses muy aburridos. Por suerte contrataron una interina que llegaba a primera hora de la tarde, ponía la tele de la cocina y mientras planchaba nos entreteníamos con los complicados tejemanejes de las novelas. Aprendí mucho con los seriales, y así al poco tiempo deduje que las cosas entre la pareja no marchaban bien…

Empecé a oír discusiones y reproches que al principio acababan bien, pero que poco a poco fueron volviendose agrias, era raro ya verlos juntos en la cocina. Ella dejó de hacer las tostadas de la mañana y se marchaba al trabajo sin desayunar, siempre con prisa, y él dejó de hacer los canapés de la noche y llegaba muy tarde a casa, exceptuando los días que retransmitían fútbol en la tele, entonces se quedaba en la cocina con unos botes de cerveza y una pizza, mientras ella, se marchaba con sus amigas al cine o conectaba el otro aparato que tenían en el dormitorio.

Un sábado a media mañana, se acabó lo que se daba, les oí pelearse a gritos durante un rato, hasta que entraron en la cocina dando voces, ella comenzó a prepararse un café mientras no dejaba de recriminarle a él y él, derramó un vaso de leche fría sin dejar de recriminarle a ella.

Total; ella le engañaba a él y él le engañaba a ella. Yo pensaba que en estos casos de empate técnico, no había porqué ponerse así, pero claro está, estaba equivocada. Ella dejó la cafetera a medio preparar y salió de la cocina dando un portazo, que dejó temblando la repisa de los vasos, y él rojo de ira se acercó a mí, me desenchufó, me cogió con las dos manos y me tiró con toda su fuerza contra la ventana.

Rompí el cristal y salí volando los tres pisos que me separaban de la calle. Aterricé de canto, en medio de un arbusto que adornaba la acera de enfrente, ni que decir tiene que quedé KO... no sé cuantos días estuve allí tirada hasta que, un mendigo, me recogió del suelo y me metió en un viejo carro de supermercado al que iba también atado un perro...


(continuará)

cosas que pasan. Tostadora connection. pfp


Fotografía: Tom Wesselmann

viernes, 20 de noviembre de 2009

tostadora connection 3, el nieto




Salí de casa de la viuda metida malamente en una vieja bolsa de hipermercado junto a la minipimer, un par de sartenes usadas, y mi compañero de cautiverio el pasapurés. En tan selecta compañía, pensé que íbamos directamente a la basura...

Pero no, aquel chaval me llevó a vivir a una casa que compartía con tres amigos más. Teóricamente eran estudiantes, pero yo nunca vi libro alguno en sus manos, ni he visto más verbena y más jarana que la que vi en aquella casa en el tiempo que compartí mi vida con ellos.

Fue mi mejor época, sin duda. El nieto me utilizaba a diario, a diferencia de su abuelo, las tostadas las untaba sabiamente con un tomate maduro que cortaba por la mitad y les añadía un chorrito de aceite y una pizca de sal. Indiferente a la hora que se levantara, ni la prisa que tuviera no salía de casa sin comer el susodicho pan con tomate y beberse un vaso de leche con chocolate.

En aquella casa, escuché música de todas las especies, conversaciones trascendentes e intranscendentes, oí elucubraciones de todas clases, opiniones y experiencias, discusiones apasionadas sobre fútbol... y allí, reunidos los chicos a la mesa redonda de la cocina, contemplé interminables partidas de Mus, que se prolongaban hasta la madrugada entre cubatas y humo de tabaco...


La fiesta duró casi dos años, lo que no está nada mal para una fiesta. Todo terminó cuando el padre del nieto, osea el yerno de la viuda, se presentó un día en casa de improviso, y le cantó a su hijo las cuarenta en bastos... A consecuencia de aquello, los chicos dejaron el piso y en su lugar llegaron un par de pintores y una mujer de la limpieza que dieron un nuevo aspecto a la casa, en la que se instaló una pareja joven de la que no tenía referencia alguna.


(continuará)
cosas que pasan. Tostadora connection. pfp


Fotografía: Obra de Sigmar Polke

miércoles, 18 de noviembre de 2009

tostadora connection 2, la viuda


La viuda, una mujer gris, sin iniciativa, se instaló en un duelo persistente, del que no fueron capaz de sacarla amigos ni familiares. La primera medida que tomó, fue negarse al pequeño placer matinal de las tostadas con mantequilla y mermelada del desayuno, y así, unos días después de enterrar a su marido, se plantó frente a mí, me desconectó, enrolló bruscamente el cable y me metió en un oscuro armario de la cocina al lado de un viejo pasapurés, de un colador de plastico azul, y de una inservible olla a presión. Allí estuve mucho tiempo, escuchando a lo lejos, interminables, reiterativos, y fallidos argumentos para convencer a la viuda de un cambio de actitud más positivo…


Una mañana antes de las ocho, escuché la radio en la cocina, olí a café, de pronto se abrió el armario, apareció la viuda en bata y camisón, me miró, acercó sus manos en actitud de cogerme, pero no llegó hacerlo. En su mirada, de pronto advertí el orgullo, la soberbia del fundamentalismo. Cerró la puerta del armario de nuevo, apagó la radio y salió de la cocina sin tan siquiera beberse el café.


Pasé un tiempo interminable dentro del armario, meses, quizá años no sé...y cuando pensaba que nunca saldría viva de allí, apareció mi salvador, uno de sus nietos dió conmigo un día, mientras buscaba una vieja minipimer entre toda la cacharrería acumulada por su abuela a lo largo de los años...

(continuará)

cosas que pasan. Tostadora connection. pfp



Ilustración: obra de Alex Katz

domingo, 15 de noviembre de 2009

tostadora connection 1, el jubilado

Mi grueso cable negro, está enchufado a la red eléctrica, pero hace mucho tiempo que nadie me utiliza. Estoy depositada sobre un moderno mueble de diseño lacado en rojo... no entiendo que hago aquí en vez de estar sobre la encimera de la cocina. Mi actual dueña es una mujer extraña, casi a diario se sienta en una butaca frente a mí y me mira fijamente durante largo rato, otras, abre la ventana de la sala y se queda como hipnotizada mirando el cielo …

Sin nada que hacer y con mis resistencias frías, se me ha ocurrido contar mis memorias…

Soy una tostadora ancha y alta, de acero inoxidable, modelo familiar. Salí de una tienda de electrodomésticos hace ya muchos años, reluciente, con mi grueso cable negro perfectamente enrollado y sujeto con un pequeño elástico. Metida en una caja y envuelta con papel de colores y un lazo verde, me ofrecieron como regalo de jubilación a mi primer dueño.

Era un hombre serio y metódico, que parecía tener una sóla ilusión, desayunar el resto de su vida sentado tranquilamente en su agradable cocina, mientras escuchaba las noticias de las ocho.
Cada día durante casi dos años me conectó puntualmente a las ocho menos cuarto y mientras yo tostaba el pan él hacía el café, calentaba la leche y preparaba la mesa para él y su mujer. Me cuidaba con esmero, vaciaba la bandejita de las migas, y me pasaba una bayeta suave que me dejaba reluciente como el primer día.


Un día a media mañana hubo un gran revuelo en el piso, llamadas telefónicas urgentes, visitas intempestivas, llanto, estupor... al fin, los hijos reunidos a la noche en la cocina entorno a un café, confirmaron mi sospecha, mi dueño había muerto, un coche a gran velocidad se lo había llevado por delante en un paso cebra...


(continuará)
cosas que pasan. Tostadora connection. pfp


Fotografía: White bread obra de James Rosenquist


jueves, 12 de noviembre de 2009

el entomólogo




Cayó en manos de un autentico especialista que la sujetó suavemente por las alas y la atravesó certera y delicadamente con una aguja finísima, sin que ninguno de sus órganos vitales quedaran afectados. Aleteó desesperada, intentando liberarse de ese dolor y de esa sujeción que le impedía remontar el vuelo de nuevo,... fue inútil, acabó inmovil sobre una superficie de corcho, bajo la potente mirada de la lente de un moderno microscopio.

pfp




Fotografía: Bailarina, obra de Joan Miro

lunes, 9 de noviembre de 2009

+muros


Veinte años después de la caída del muro de Berlín, estamos celebrándolo como si a la humanidad y a sus dirigentes nos hubieran crecido alas en las espaldas y este fuera un mundo de seres , naciones y sociedades bondadosas, justas y angelicales...



Seguimos construyendo muros, de todas las especies, uno de los más evidentes separa Isrrael de Palestina.


Fotografía: obra de Banksy

http://www.banksy.co.uk/

Cortesía de Javi Duque http://www.youtube.com/watch?v=M_bvT-DGcWw

Estupenda sugerencia de Gloria http://www.youtube.com/watch?v=v_aRyCUDMNw

jueves, 5 de noviembre de 2009

blublu.org


El artista puede ser un hijo, incluso un nieto de Polke...

La obra la reconozco como un vanitas del siglo XXI... quizá

No dejéis de verla...










martes, 3 de noviembre de 2009

Sigmar Polke


Sigmar Polke (Oels 1941), emigró con su familia a Alemania Occidental en 1953 y estudió en la Academia de Arte de Dusseldorf.

Las fuentes de su obra se encuentran en la crónica social, la fotografía de prensa es parte de sus herramientas de trabajo, y en muchas ocasiones el objeto mismo de la imagen, y la posibilidad de trabajar con la realidad. Sin embargo para él la fotografía, como la pintura u otras formas de expresión, son sólo instrumentos de mediación entre el artista y la vida origen de su inspiración, desarrollando en sus lienzos una narrativa crítica, profunda que provoca al debate con el espectador.

Los materiales y técnicas empleadas por Polke son una revolución visual, destacando la coloración del soporte, muchas veces utiliza transparencias, que crea mediante la impregnación del lienzo o papel con resinas. Elementos, materiales y técnicas que poco tienen que ver con la pintura tradicional, utilizando pintura, barnices, pigmentos, lacas, telas estampadas, papel, en una sola obra.

Actualmente se expone una importante retrospectiva en el Kuntshalle de Hamburgo http://www.hamburger-kunsthalle.de/



Fotografía: obra de Sigmar Polke