martes, 14 de julio de 2009

unos pies, unos zapatos


Cuando Salvatore llegó a los Estados Unidos, la industria cinematográfica estaba en sus inicios pero en 1923 se produjo un acontecimiento crucial: el traslado a Hollywood, Ferragamo siguió a los estudios dejando a sus hermanos en Santa Bárbara y conecto enseguida con el nuevo ambiente.

"Mi calzado se vendía en cantidades crecientes. La comodidad de mis últimas creaciones era conocida en el último rincón de los Estados Unidos. Había conquistado practicamente a toda la clientela teatral y mis zapatos calzaban los pies de las mas famosas estrellas de cine del mundo, de bailarinas y modelos, actores, directores, y productores, yo era según mis baremos un hombre inmensamente rico, más rico de cuanto había soñado cuando vivía en Bonito. La consecución de esta meta, nada insignificante, si se la considera en su justo valor, me parecía de escasa importancia comparada con la posible solución del problema que me había obsesionado ... la incesante búsqueda del secreto que durante siglos se les había escapado a los zapateros de todo el mundo: el secreto de los zapatos que siempre sientan bien".


A través de sus palabras se nota la pasión y su entrega por el trabajo elegido. "Los pies me hablan. En cuanto los cojo en la mano siento su fuerza, su densidad, su debilidad, su vitalidad, sus defectos. Es un placer tocar un pié sano, de músculos solidos, de arco robusto, en un placer de creador. Un pie defectuoso, con dedos deformados, articulaciones feas, con ligamentos flojos que se mueven a flor de piel, es un sufrimiento. Cuando cojo estos pies en mis manos, me siento roído de rabia y compasión por todos los que sufren al andar"
Fotografía: Sandalia con pala de terciopelo rematada con cabrito. Cuña de corcho, enfranque y tacón de madera revestida con cabrito, 1938-39. Florencia, Colección Ferragamo.

2 comentarios:

GLÒRIA dijo...

Por más que lo mire no veo zapato. Si acaso, coturno. Un día te levantas con síndrome de Yocasta o de Electra, qué más da, y te montas en esta escultura. Se recomienda tener un trono cerca.
También pueden tener función decorativa: escultura calzable.
- ¿Cómo se rompió la pierna?
- Pues mira, una tontería. Se cayó del Ferragamo.
Pilar, perdona si hoy suelto un poco el sentido del humor. Como siempre, fotografía y texto son interesantísimos.
Besos desde arriba.

pfp dijo...

tambien es recomendable llevar paracaidas... y de lo que no hay duda es que con un par de zapatos así te conviertes Glorichu, en mujer "altas miras"

besos