miércoles, 29 de julio de 2009

el rostro



A primera vista su rostro parece el de un campesino. Sus hundidas mejillas forman arrugas color de la arcilla, casi sucias, surcadas por el dolor de muchos años; la resquebrajada piel, quemada y sedienta, se tensa en mil grietas: el vampiro de la enfermedad le ha chupado en veinte años toda la sangre y el color. A derecha e izquierda sobresalen como enormes bloques de piedra los pómulos eslavos; una enmarañada mata de pelos cubre la áspera boca y el frágil mentón. Tierra, piedra y bosque, un paisaje tragicamente elemental: he aquí las profundidades del rostro de Dostoievski. Todo es oscuro, terrenal y desprovisto de belleza en este rostro de campesino y casi de pordiosero; liso y sin color, sombrío y sin brillo, como un trozo de estepa rusa salpicada de piedras. Incluso los ojos, muy hundidos, son incapaces de iluminar desde sus grietas este lodo blando, pues su llama no se dirige directamente hacia fuera, clara y deslumbradora, antes bien el fuego de sus agudas miradas penetra en su corazón y lo consume (...) Pero sobre el estrecho rostro de campesino se eleva orgullosa, resplandeciente de blanco y abovedada como una cúpula la ancha redondez de la frente: de las sombras y de la oscuridad, pulida como a martillazos la catedral del espíritu; marmol sólido sobre el blando fango de la carne y la enmarañada espesura del pelo. Toda la luz de este rostro afluye hacia arriba, y cuando se contempla su retrato, la mirada sólo se detiene en esta potente frente, ancha y regia, que cada vez reluce con más esplendor y parece ensancharse a medida que el envejecido rostro se acongoja y se consume en la enfermedad (...)






Texto: Stefan Zweig. Tres maestros (Balzac, Dickens, Dostoievski)



Fotografía: Dostoievski, retratado por Vasili Perov . Pintor que cultivó principalmente la pintura de género y el retrato. Uno de los fundadores de la Asociación de Exposiciones Itinerantes y uno de sus más asiduos participantes. Entre 1871 y 1872 realizó por encargo de Tretiakov para su galería, una serie de retratos de pintores rusos y otras personalidades del mundo de la cultura. También mostró un gran talento como escritor y dejó una serie de interesantes artículos literarios y memorias.

4 comentarios:

Barbebleue dijo...

Tiene razón Zweig cuando apunta que 'la luz afluye hacia arriba', hacia el pensamiento: el 'conocimiento del alma humana'.

'Creo en la vida eterna en este mundo, hay momentos en que el tiempo se detiene de repente para dar lugar a la eternidad'

glòria dijo...

Pilar:
Has elegido un retrato vivo que nos acerca al inolvidable autor de quien quemaba estos ojos hundidos escribiendo, entre muchas otras cosas, su célebre "Los hermanos Karamazov". Es un retrato de grandeza mística que el excelente Zweig describe, de forma incomporable, en esta metáfora que convierte un rostro en el paisaje de su propia vida.
Me gustaría firmar Grushenka.

Joaquim dijo...

Seguramente, si no existiera ese fenomenal retrato, por la excelente descripción de Zweig, llegaríamos a imaginarlo casi idéntico. ¿No os parece?
Fabuloso Zweig, fabuloso Vasili Perov y imprescindible PfP

Josefina dijo...

Era yo muy joven cuando empecé a leer a Dostoievski y quedé fascinada por su literatura, por su personalidad, por lo que su alma irradiaba. Empecé a amar a Rusia a través de sus novelas, a enamorarme de extraños personajes que deambulaban por sus novelas y, por encima de todo, del país visto por él, sufrido por él y donado a la posteridad como ejemplo doliente de esta Humanidad en la que nos sentimos inmersos.

"Dostoievski consideraba su deber, en cuanto escritor, encontrar el ideal que late en corazón del hombre, "rehabilitar al individuo destruido, aplastado por el injusto yugo de las circunstancias, del estancamiento secular y de los prejuicios sociales.”

El dolor atemporal, la sed de justicia, el ansia de una brizna de felicidad...