domingo, 19 de abril de 2009

"La sombra" y tres.


...¡era cosa de magia¡ ¿quien viviría allí? ¿donde estaría la verdadera entrada? porque la planta baja estaba completamente ocupada por tiendas, y no era posible que la gente pasara a través de ellas.
Una tarde a última hora, el extranjero estaba sentado en su balcón entre las flores; y como había una luz encendida tras de él en la habitación resultaba de los más natural que su Sombra se proyectase en el muro de enfrente. Si, allí estaba su Sombra. sentada en el balcón entre las flores, y cuando el extranjero se movía, ella se movía también, ya que esa es precisamente la costumbre de las Sombras.

"Estoy convencido de que mi Sombra es el único ser vivo de la casa de enfrente" dijo el sabio. "Da gusto ver con qué delicadeza se sienta entre las flores; y ahora, si tuviera juicio, como la ventana está abierta, entraría en la casa, la recorrería y al volver me contaría lo que ha visto. Ya va siendo hora de que me ayudes en algo", dijo bromeando. "Por favor, ten la amabilidad de entrar allí. Vamos, ¿te animas o no?" El sabio hizo un gesto con la cabeza a su Sombra, y la Sombra asintió también. "Entra ya, pero procura no quedarte allí". Entonces, el extranjero se levantó, y la Sombra en el balcón de enfrente hizo exactamente lo mismo; el extranjero se dio la vuelta y la Sombra también se dio la vuelta; y si alguien hubiese estado allí prestando especial atención a la escena, se habría dado claramente cuenta de que la Sombra se introducía a través de la ventana medio abierta de la casa de enfrente, en el mismo momento en que el extranjero entraba en su habitación y corría la cortina tras sí.

A la mañana siguiente, el sabio salió a tomar café y a leer el periódico. "¿Que ha pasado?", exclamó cuando empezó a caminar por el sol, "¡no tengo Sombra¡", así que es cierto se marchó ayer por la noche y no ha vuelto, "¡es absolutamente inadmisible¡".

El sabio estaba bastante enojado, no tanto por el hecho de que su Sombra se hubiera marchado, sino porque todo el mundo en su país conocía perfectamente la historia de un hombre que había perdido su sombra; así las cosas, si al regresar a su tierra contaba lo que le había pasado, la gente diría que había copiado aquella historia, aunque todo lo que le había sucedido era la verdad. Con una resolución de lo más juiciosa, decidió, pues, no contar a nadie ni una palabra acerca del asunto.



Creo, que FIN ( no me consta que siga).





Hans Christian Andersen. La Sombra. Nuevos cuentos de hadas (1847)





¿Se os ocurren cosas?... contarme, contarme, es vuestro turno. Con cariño Pilar




Fotografía: obra de Rockwell Kent

8 comentarios:

Barbebleue dijo...

Como cuento de hadas me gusta más el de Hofmannsthal 'La mujer sin sombra' que dio origen a una de las mejores óperas de todos los tiempos.

En todo caso, nadie puede escapar de su sombra. Supone nuestro propio obstáculo a la luz, que nos ancla a tierra.

enric dijo...

... Y... “Colorín colorado, este cuento se ha acabado” o, como se dice en catalàn, “Vet aquí un gat, vet aquí un gos, i aquest conte ja s’ha fos” -“He aquí un gato, he aquí un perro, y este cuento ya se ha fundido (derretido)"

El cuento se ha acabado, o fundido..., como se acabó una manera de vivir que fue fundiéndose poco a poco.

¡Dios: qué curioso!... Nunca olvidaré aquella verbena de San Juan, en la que uno de los vecinos nos avisó para que fuéramos por la tarde a su casa a buscar una mesa y unas sillas puesto que había comprado un comedor nuevo y quería deshacerse del viejo. Fue, sin duda y sin necesidad de jurado alguno –que no lo había-, la mejor hoguera del barrio: la gran mesa, incluso abiertas las dos extensiones auxiliares, plantada en el centro de la futura hoguera; a su alrededor, seis sillas de madera... La mesa perfectamente dispuesta para que, gracias al resto de los trastos viejos estratégicamente colocados según su grado de combustión por el bueno de Siscu, el fuego lo consumiera todo.

Ante aquel banquete del fuego, absortos y, ni cabe decirlo, orgullosos, todos los niños de la calle no éramos conscientes de que con el fuego se iba consumiendo, además de aquella mesa tan bien puesta, una forma de vivir: Llegó la televisión y la gente prefirió quedarse dentro de sus casas para ver cómo Perry Mason desenmascaraba siempre al asesino; los coches aparcados frente a las estrechas aceras de aquellas calles de Badalona impedían que se formaran los corros de vecinos para que, juntos, pudieran tomar la “fresca”, y las hogueras de las verbenas de San Juan, plantadas enmedio de la calle, eran un estorbo para el tráfico y un serio peligro para los coches, que muchos de los vecinos habían comprado a plazos y que tenían aparcados frente a sus casas.

No soy de los que creen que cualquier tiempo pasado fue mejor, y mucho menos cuando recuerdo el tiempo que me tocó vivir, en pleno auge de la dictadura franquista, durante mi niñez y adolescencia (gris, gris... ¡Muy gris y muy triste!), pero, de vez en cuando, como durante estos gratos momentos leyendo este cuento, aparecen en mi memoria la buena gente, como Maria, que también me explicaba cuentos, o Siscu, que conseguía hacernos creer que cada año nuestra hoguera era la mejor.

Y ya, como tampoco vendrá de aquí puesto que, después de leer todo lo escrito, me doy cuenta del enorme espacio que he ocupado en tu bloc, por lo que te pido perdón, te digo adiós y te mando un beso con este poema de León Felipe:

"Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre…
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos…
Y sé todos los cuentos..."

pfp dijo...

llevas razón Bbb, ni comparación con el libreto de Hofmannsthal y encima si se acompaña de la música de Strauss...

Enric, mil gracias por tus preciosos recuerdos y por regalarnos con ellos. Mi casa es tú casa, ocupa todo el sitio que quieras y te apetezca en este blog

sois un lujo de amigos besos a los dos.

Esdedesear dijo...

Me gustan mucho los cuentos, admiro la imaginación de los que los escriben quizás porque carezco de ella, y se lo agradezco mucho.
Ya se sabe que todo cuento tiene una moraleja, ¿Cabe ver más allá de nuestra propia sombra?. La luminosa ventana, las florecidas plantas, la deseada visión, el incógnito oculto, se reduce a la difuminada y gris imagen de mi mismo? En todo caso parece que cuánto más adelgace la sombra, aún sin cruzar el trópico se puede conseguir iluminación abundante, más probabilidades de ver las hadas, escuchar los dulces sonidos y salir de los barrotes de tu propio balcón. Gracias, Pilar.

Josefina dijo...

Habrá que darle la mano a la sombra y caminar juntos porque, casi siempre nos acompaña. Tal vez si llegamos a entendernos sabremos muchas cosas de nosotros mismos, ni nos seguirá ni nos precederá, seremos una sola esencia e intimaremos profundamente, sin antagonismos...

pfp dijo...

estaba pensando yo en esas "mujeres- sombra" que han acompañado a "grandes hombres", "artistas", "maridos brillantes y exitosos"...

Gracias Conchita y Josefina, que bonita vuestra reflexión. Más besos

tag dijo...

Coincido con Enric sobre la importancia de los cuentos.
A todos nos han contado cuentas en nuestra infancia, y a su vez hemos contado cuentos a nuestros hijos, y esperamos que algun dia ellos sigan haciendolo.
Ver la carita inocente de un niño cuando escucha un cuento por primera vez, no tiene precio.
Ver como van asimilando la historia, las preguntas que les sugiere y las soluciones que ofrecen, es algo que me emociona.

Ha estado muy bien tu cuento de La sombra, Pilar.
Aunque yo hubiera preferido que al final no se quedara sin su sombra.
A veces es la mejor compañia....

glòria dijo...

Pilar:
Gracias por este cuento de La sombra pero ya ves qué cuentos escribe Enric en un santiamén.
A estas horas, Pilar, ya me faltan las palabras.
Feliz noche!