martes, 5 de agosto de 2008

carta de Josefina


VIVIR…
A estas alturas de la vida – como se suele decir - pienso que he dejado muchas cosas por manifestar, muchas emociones y sentimientos sin expresar y que han quedado en lo más profundo sin haber nacido porque, atrapada por el afán del día a día, he olvidado que el tiempo es limitado y que la vida vislumbra su final…
Hace poco, por Internet, descubrí, me hicieron saber de un “blog” en el que participé escribiendo en un concurso de relatos… Fue muy emocionante: me esmeraba en la redacción y en la idea que regía la norma de ese concurso, y me ilusionó la comunicación que establecí con ello, la verdad sea dicha…Cuando terminó, seguí con avidez leyendo comentarios y el principio de otra versión dedicada a la pintura, al Arte… al “Arte”.
Después de leer variados comentarios de gente versada, me di cuenta de lo inútil de mi participación en el coloquio… No se tanto pero intuyo mucho y soy consciente también de que ignoro mucho, pero se más de lo que imaginaba… Bien es cierto que intuir, imaginar, emocionarse, sentir, están en la periferia de nuestro ser y mi gran anhelo es llegar a lo más íntimo, a la esencia…En la esencia no está el saber, está el conocimiento.
Y partir de ahí ¿cómo poder expresarme?. Consecuentemente, vuelvo a las herramientas que me hacen posible la palabra: la emoción, el sentimiento, la intuición, el aprendizaje constante y lo que hoy llaman, crecimiento personal, pero en otra dirección: dirección que cursa paralela al saber de tantas cosas y se detiene en la grandeza de lo pequeño, de aquello que nos rodea y a lo que tenemos acceso quienes sólo nos hemos podido dedicar al “vivir de cada día” con innumerables dificultades que salvar…
Me siento privilegiada por tener un tiempo de reflexión todavía; hay quien hasta su último momento en este mundo, vive de pura lucha, de pura supervivencia.

A todos ellos, a los que no saben, a los que lloran, a los que ríen de simple instinto, a los triviales y a los que intentan algo más, quisiera acompañar con mis palabras, en ese camino árido y escarpado hacia más allá de lo pensable… que es hacia donde todos hacemos camino, con nuestras historias repletas del inapreciado “arte de vivir”.



Josefina







Fotografía: obra de Robert Delaunay, "Alegría de vivir"


7 comentarios:

Barbebleue dijo...

Josefina eres una privilegiada. Conservas intacta la capacidad de asombro y el anhelo de conocimiento, de ilusión, de felicidad en suma.
En dotes de expresión salta a la vista que vas sobrada.

Pilar, tu blog se está convirtiendo en un diván, con sesiones gratuitas. Creo que hasta me gustan ya las liebres...

Anónimo dijo...

Josefina, por tus comentarios y relato se evidencia que efectivamente sabes mucho mas de lo que posiblemente pensabas y además como dice Barbebleue es notoria la sensación de emoción e ilusión en lo que escribes.

Barbebleue, lo de las liebres es asimilible, pero es que a mi además me han colocado en casa el conejo de Durero.

Amfortas

Barbebleue dijo...

Amfortas, ya sólo te falta el de Koons!!! ;-)

pfp dijo...

el conejo de Durero efectivamente, lo tengo en casa, me lo traje de Dresde, es rojo, rojo, rojo, se llama Trosky, cualquier día lo presento en sociedad, junto con Blas, mi perro de terracota cocida y el aspirador (por supuesto) que son mis fieles interlocutores.
La liebre de Koons no la tengo localizada, todo se andará.

Joaquim dijo...

He entrado en el Pequeño Formato después de una merecida bronca por abandono del "hogar" y leo a Josefina y me he quedado atónito.
Josefina, ¿qué quieres saber más? Saber lo que sabes no es fácil y contarlo así, menos.
Lo del diván está claro, de hecho los blogs son divanes a conciencia.
Y por tocar todo lo tocable, hablemos de conejos y Parsifales y así aprovecho para hablar de Wagner, que últimamente lo tengo muy abandonado al pobre.
Mi iniciación bayreuthiana ya he contado que fue con un Parsifal, que estoy seguro que a Pilar le hubiera provocado dos meses seguidos de disquisiciones a GRAN FORMATO.
El autor del engendro es un Enfant Terrible de la escena alemana, que para terminar de liar la troca, se lió sentimentalmente con la hija de Wolfgang Wagner, es decir la que a partir de Septiembre, será la nueva codirectora del Festival, junto a su hermanastra, o sea Katherina Wagner. Para colmo el tenor que interpretaba a Parsifal (Wottrich) es su novio oficial. Imaginaos la tensión en los ensayos con el novio y el amante y de por medio, la peor producción que he visto jamás sobre un escenario.
Wottrich, seguramente atacado más por el dolor de cabeza producido por la cornamenta dijo que no participaría más en tal engendro.
Para que os hagáis una idea, y ahora es cuando entra en acción el conejo de marras, al señor Schlingensief, que es como se llama el muchachote, no se le ocurrió otra cosa que mientras suena la mística música de los encantos del Viernes Santo, momento de mística sin igual en la historia de la ópera, hacer aparecer en imágenes gigantes a boca de escenario, la filmación del proceso de putrefacción de un conejo, con sus bichos y todo lo demás.
Ahí termina mi aportación a la asociación del conejo de marras y Parsifal, si no hubiera sido Amfortas quien lo ha traído a colación, "A Dios pongo por testigo...."
Josefina, perdona mi desfachatez, en una carta absolutamente reclinatoriable (ya te explicaran, no te preocupes, pero es un adjetivo muy ximístico para expresar mi más profunda y sincera admiración)

pfp dijo...

Ximo, era ¿conejo o liebre? de cualquier forma por lo que cuentas Beuys no andaba lejos...

Joaquim dijo...

C O N E J O del de toda la vida y nuestro amigo Beuys, muchísimo más tuyo que mío, estaba descojonandose (perdón) entre bambalinas, ¡fijo!.