jueves, 31 de julio de 2008

dramatismo y evocación



¿quien no se ha cruzado a alguien así por la calle? quien no lo ha tenido de alumno, de compañero, de vecino, de hijo, de sobrino, de nieto...





Fotografía: obra de Paolo Grassino
Esta serie de "Escultura Contemporánea" se la dedico a Kundry, que me llevó al Würth, y me regaló "La mujer silenciosa". Besos.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Son formas de ver las cosas. Quizás en cada momento.
Yo no humanizo esta obra en ningún personaje, sino que la siento más como algo abstracto de uno mismo. Quizás la sensación de no poder expresarse, de dolor de cabeza, de conversión de lo más intelectual en ramas secas que además crecen hacia abajo...

Anónimo dijo...

Podríamos decir también, que el contenido intenta reflejar un estado de ánimo, el lado oscuro de lo humano, cómo se ve uno a si mismo y al otro en determinadas circunstancias... o cómo las circunstancias nos pueden transformar... un mundo sin movimiento, muerto por desertar del dinamismo propio de la vida. En fin, no se, tal vez son simples divagaciones...

glòria dijo...

Ni idea de qué significado tiene pero me ha tenido hipnotizada un buen ratito.
Besos.

Barbebleue dijo...

Lo valioso es que la ramificación es péndula, sombría, derrotada, dimitiendo de la luz y la vida. Ya sólo espera la acción del otro lado, con su guadaña reflejada en el cristal...