jueves, 17 de abril de 2008

relato Nº 6



A las 7,30 sonó el teléfono de la mesilla; desde el otro lado se oye una voz metálica de grabador diciendo: "servicio despertador del hotel ... son las siete...y treinta".


Un momento antes se había quedado profundamente dormido después de pasar una noche casi en vela. Había dado cien vueltas a la cama, pero desde que se despertó a las dos, solo había conciliado el sueño de verdad media hora...


Su compañero de habitación había dormido como un tronco; él también solía dormir así, pero hoy, precisamente hoy, no había descansado nada. "!Mierda¡". Una meada y un vaso de agua de la botella de la mesilla con las primeras vitaminas. Lavado de manos, cara, boca y sin ducharse, el culotte, una camiseta, las chanclas y a desayunar.


En el amplio comedor, una zona bastante apartada del resto, con biombos, para estar aún más aislados de los caza-autógrafos; zumo de naranja, rebanadas de pan tostado integral con mermelada, un plátano, un tazón de leche desnatada con mueslis, queso fresco, un yogur, jamón de pavo, y galletas integrales y agua del tiempo. Y muchas más vitaminas.


Luego la charla de equipo. Ya habían tenido otra después de la cena pero el director quería insistir en lo importante de la etapa de hoy para el desarrollo de la "Vuelta". Eran en total más de doscientos kilómetros. Tardarian unas siete horas. ¡Mierda, he dormido de pena hoy que me la quería jugar¡".


A los quince kilómetros de la salida estaba el primer puerto de primera. Hasta allí los cabrones habían rodado a más de 40. "¿para calentar suave no? ¡cabronazos¡, y yo sin dormir". Pero aguantó bien en medio del pelotón. En su pinganillo no sonó su nombre en toda la subida.


Bajada y a los ciento y pico kilómetros, con todo el pelotón unido se inicia el puerto de "fuera de categoría". "Me voy encontrando mejor ¡aguanta¡"


Quedan en cabeza un pelotón de cuarenta y cinco y entre ellos, los mejores, casi todos. Alguno de los buenos se ha quedado y las cámaras con el. Sprint en la cima y bajada a toda hostia; aún así muchos enlazan con la cabeza y sin descanso se sube otro puerto de segunda. "¡Dios¡ ¿ quien ha puesto esta putada de segunda categoría?. ¡la madre que lo parió¡... no puedo , no puedo..."


El puerto de segunda hace más o menos los mismos estragos que el anterior. Un grupo alargado de unos treinta o treinta y cinco y un rosario con sus jaculatorias detrás.


Bajada a muerte; algo más de doscientos kilómetros en las piernas y sin respiro, el último puerto con llegada en la cima. También fuera de categoría.


"Animo, cabrón, que puedes, que estás mejor, ¡tira con dos huevos¡" "joder, si no me animo yo, no me anima nadie. Voy perdiendo doce minutos, pero voy entre los cuarenta primeros" "Pero, ¿que haces, si vas muerto?. Llevas ya siete horas muerto en esta puta bici y nadie se va a enterar ni de que existes. Cuando llegue, la tele estará con los anuncios, las clasificaciones, las entrevistas y yo aquí muerto. ¡Mierda¡.


"Ya solo falta un kilómetro. ¡A tomar por culo el bidón, un peso menos¡" "Lo que faltaba, ese gilipollas gritándome ¡venga Induraín¡ y por poco me tira" "Al Induraín ese me gustaría verle aquí, estará en la meta diciendo chorradas, cobrando un pastón de comentarista y con una barriga de felicidad y no la mía que estoy como la radiografía de un sable y pasando más hambre que manda Dios¡".


Tres minutos después llego a la meta de la etapa reina, entre los treinta mejores ciclistas del mundo. Una toalla de un mecánico, una botella de cocacola de una guapa y al autobús. Había hecho una machada, una verdadera machada, pero nadie hizo ni el menor comentario.


"Mañana estaré aún más muerto que hoy, pero si no aguanto la etapa y me retiro, por lo menos dirán que me he retirado... ¡Mierda de vida¡"


2 comentarios:

Anónimo dijo...

jaja!!
Muy divertido este. Me puedo oler de quien ha sido.
Los que organizan la vuelta, tour, giro y demás salvajadas tienen que ser unos sádicos. Además están los medios de comunicación que sólo se tratan con la élite del ciclismo y me hace mucha gracia cuando sueltan el clásico comentario de "Fulanito llega a este vuelta en baja forma" o "llegan a cinco minutos del líder por que se lo han tomado con más calma" mientras se oyen cómo se están comiendo un bocadillo de tortilla de patata con cerveza fría.

Anónimo dijo...

como el libro este de jabato, jajaja
muy cachondo, acabo de llegar a casa de una clase de boxeo que he empalmado con una de spinning... así que me viene bien leer q otros tb sufren lo suyo

big up fellas!!